El sector farmacéutico se caracteriza por su tamaño, su complejidad y por una competitividad que no para de crecer.
Además de la importancia de la trazabilidad de los productos que marca la Unión Europea, es fundamental mantener un control completo de la preparación de los pedidos, los flujos de trabajo, la facturación, la contabilidad o el cumplimiento de todas las normativas pertinentes.